desacuerdos dinámicos y desacuerdos esenciales
Cuantas veces no hemos dicho/oído, después de mucho discutir, "si en el fondo estamos de acuerdo". En ese momento acabamos de resolver un desacuerdo dinámico.
Un
desacuerdo dinámico, según el oráculo de los grupos, es una diferencia de opinión producidas por el propio desarrollo del encuentro o por discrepancias personales. Yo añadiría, con el permiso de Fernando, que se producen también por
distintos niveles de información. Es decir, que no son desacuerdos por valores éticos o políticos.
Podemos tener un desacuerdo dinámico porque me ha molestado la forma como has planteado el asunto, o porque sienta que me avasallas, o porque mi opinión está basada en un prejuicio. También podemos tenerlo porque hemos vivido una misma situación desde puntos de vista diferentes y tenemos vivencias o conocimientos distintos. O porque yo se algo que tu no sabes y no te lo cuento...
Con algo de tiempo y buen hacer en la discusión los deacuerdos dinámicos van desapareciendo. Los conterulios se van explicando mejor y se entendiendo mutuamente, conocen mejor la postura del otro, obtienen información nueva que completa la que ya tenían, son capaces de ponerse en otros puntos de vista, etc... Los desacuerdos se van deshaciendo como un azucarillo, y las contertulias se van enriqueciendo en el proceso.
Hay buena parte de este proceso que no es necesario hacerlo de forma presencial, y mucho menos en las incómodas situaciones de las asambleas de hoy en día ;-). Las redes sociales informáticas permiten mucho de lo anterior, siempre que nos pongamos a esa tarea de forma consciente y no se llenen de ruido, se usen de chat, aparezcan trollers y flamers. Concentrémonos en la tarea, busquemos que nos separa, intentamos entender por qué no se nos está entendiendo, intentemos explicarnos mejor, repitamos las ideas de la otra a ver si las hemos entendido... Después, cuando nos veamos, será mucho más fácil decir aquello de "si en el fondo, y ahora también en la forma, estamos de acuerdo".
Los
desacuerdos esenciales ya son otra cosa. Ahora si podemos decir
que pensamos distinto. Lo primero es poner todos los argumentos encima de la mesa, intentar resolver el desacuerdo siempre en las motivaciones, no en las posiciones (ver el ejemplo de la ventana, que no he escrito todavía), abrir la mente para convencer o dejarse convencer. Si no se logra hay que pasar a
gestionar el desacuerdo, es decir buscar un acuerdo que nos valga a todos, y ahora si podemos hablar de consenso, o separarnos por descubrir que somos incompatibles.
Un acuerdo puede ser seguir juntos siendo conscientes de que tenemos ese desacuerdo esencial y, por tanto, respetándonos.